Chiste feminista, La venganza IV
El marido, en su lecho de muerte, llama a su mujer. Con voz ronca y ya débil, le dice: Muy bien, llegó mi hora, pero antes quiero hacerte una confesión.
No, no, tranquilo, tú no debes hacer ningún esfuerzo. Pero, mujer, es preciso, insiste el marido.Es preciso morir en paz. Te quiero confesar algo. Está bien, está bien. ¡Habla!
He tenido relaciones con tu hermana, tu mamá y tu mejor amiga.
Lo sé, lo sé ¡¡¡Por eso te envenené, hijo de puta!!
No, no, tranquilo, tú no debes hacer ningún esfuerzo. Pero, mujer, es preciso, insiste el marido.Es preciso morir en paz. Te quiero confesar algo. Está bien, está bien. ¡Habla!
He tenido relaciones con tu hermana, tu mamá y tu mejor amiga.
Lo sé, lo sé ¡¡¡Por eso te envenené, hijo de puta!!
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